martes, 18 de noviembre de 2014

Tertulia Mabella Club de Noviembre


    En la tarde de ayer nos reunimos en el Champagne Room para comentar el relato largo, la “Novela” de Julio Cortázar, “El Perseguidor”. Fue una tertulia muy interesante donde la mayoría de las socias coincidió en la profundidad existencial del texto y de los deleites que trasmite a través de su prosa musical.

    Al comienzo tomó la palabra nuestra admirada Sara Roma como experta en Cortázar, no en vano conoce ampliamente toda la bibliografía del argentino y además está preparando una conferencia sobre él que impartirá en el Cortijo Miraflores el día 1 de Diciembre a las 20.00.


    Sara nos introdujo en el mundo Cortázar a través de los vectores que dirigen su vida, la Música y la Literatura, que plasma como nunca en este cuento, mostrándonos el mundo del jazz, la carroñera industria musical, el sufrimiento del artista que sufre ajeno al mundo de los contratos y el dinero. Incluso la prosa del autor está llena de ritmos y musicalidades que lo diferencia de otros autores como Vargas Llosa que es más ajeno al ritmo interno. La referencia a Dylan Thomas, es una muestra de ese sentido y preocupación por la cadencia interna propia de los poemas anglosajones tan difíciles de comprender desde nuestra facilidad de rima castellana.


    Inmediatamente se produjo un diálogo entre las socias que aportaban en buen orden y sin necesidad de moderación, se discutió sobre la amargura existencialista con la que la experta estaba en desacuerdo, el retrato psicológico de un ser con pensamiento divergente, con alma de artista, como así también lo fue Dylan Thomas, dos malditos, capaces de lo más genial y de la autodestrucción, nos preguntamos sobre la incoherencia de la marihuana como droga blanda que no provoca tales desastres de personalidad a no ser que despierte una esquizofrenia, típica de las Patologías Duales que bien pudo aventurar Cortázar como tremendo observador del mundo real.


    Gracias a Sara pudimos poner nombre a esos tres tipos de personajes que aparecen en la novela: el ser no apegado al mundo real, a la necesidad práctica del dinero, las responsabilidades, los compromisos al que pertenecía Johny Carter, al que el propio Cortázar confiesa pertenecer y al que apela como Cronopio en la Novela Surrealista “Cronopios y Famas”; un segundo tipo de persona, los “Esperanzas” que es Bruno que a veces es empático con el dolor del ser desubicado y otras es un individuo materialista que piensa en sus beneficios literarios; y finalmente los “Famas” que directamente se aprovechan de cada momento para sacar beneficio, buitrean al saxofonista, su obra, su dinero, su talento, siempre buscando el propio placer sin intentar entender el dolor de seres que están en proceso de buscar una verdad que no es la que nos viene dada, a la que se adaptan como “Víctimas de la Gran Costumbre”, como el propio Cortázar los identificó, para convertirse en Animales de Costumbres.

    Alguna socia nos comento que no le había gustado la novela, por su impacto angustioso, en lo que todas volvimos a coincidir, esta no es una novela para pasárselo bien, es catártica, revulsiva, produce sensaciones dolorosas y nos lleva a la inseguridad de “La Verdad” con Mayúsculas. Menos mal que Cortázar alivia el sufrimiento con esa belleza de prosa musical que podemos oír de palabras de su propio autor en distintos vídeos situados en Youtube. Es curioso porque el escritor lo hace con tono afrancesado o con problemas de rotacismo, no pudimos decir a ciencia cierta porqué del desplazamiento del fonema /r/ y /rr/.


    En fin, una tarde estupenda, en la que aprendimos mucho y en la que se comprobó que el grupo es más que la suma de sus partes.

Texto: Ana E.Venegas
Collage de Juan "Lobo" López




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